La espera






La espera

“Sé que vas a llegar como un ángel.Tu pisada breve como un sonido de alas golpeteando me reafirma que sos mi contención, mi aliento, mis ganas de ser... El sonido de tus pasos llegando a casa;música reconocible entre tantos ruidos, es el signo insoslayable y único y eterno de tu presencia en el pasillo a oscuras.

Y yo te espero, sé que te espero con el beso en flor y la ansiedad del abrazo cotidiano y a la vez irrepetible y siempre nuevo, como el mismo transcurso de los segundos siglos que tardas en llegar a la puerta.

Distraigo la locura de mi espera haciendo tonterías: agarro un pincel, la pava para hacer el mate, para que no te des cuenta que muero y muero con tu ausencia. Imagino tu rápida ceremonia mientras te acercas: te acomodas la ropa, te pones un mechón de pelo detrás de la oreja, resoplas para espantar el fastidio de la rutina del trabajo, y si el tiempo que te dan esos pocos metros de pasillo lo permiten, te pintas los labios de memoria para dejar tu huella roja en los míos, (porque sabes que me encanta) en el beso de reencuentro cotidiano. Escucho el ruido de la cerradura en la puerta y mis pulsaciones se desbandan. La dejo con dos vueltas de llave a propósito para retardar alguna fracción de segundo tu entrada y hacer más intensa la locura de mi espera. Entras y yo me hago el distraído, y te saludo como indiferente, y muero y muero porque te cuelgues de mi cuello y me atenaces la cintura con tus piernas flacas, y me despeines, y digas... te extrañé...”


Carlos Vico
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Inspira





Inspira

Inspira ese sabor que mana de tus huecos
Y el rostro es una pintura con honduras donde se reflejan
El canto de la sirena a través de la pupila
Y por tu frente ves como se rasga el cielo

Y bien
Yo puedo decirte todo esto y desear en un poema encerrar la maravilla
De tus manos armando la composición de mi cuerpo
Y de mis labios creando sismos en tus pechos

O bien nada
No hacer nada y mirarnos
Lejos en los segundos del amor anochecido
Pegados a la piel que rasga la ropa
Ahogados como la piedra a la que rodean los corales

Fíjate
Es una muerte que hasta casi se desea, ni escape ni tristeza
Sólo trascendencia en el musgo que se adhiere y echa su raíz
O poema que rescata la esencia y los dones
De querer ser eternos fundidos al paisaje

Por eso me inspira pensarte mirando hacia el poniente
Mientras la brisa juega en los poros
Y el agua abraza al poste y salta
Para caer en un hueco entre tus piernas

Carlos Vico

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Me gusta





Me gusta

Dejo aquí colgado el testimonio de mis huesos
como una prenda con olor a naftalina y flores
un sueño perverso, una delicada expectativa.

Me gusta tu amor distante
aunque no me guste imaginarte sin rostro
como mutilada de ojos y de gestos
negada de sonrisas, de enojos placenteros

Me gusta tu ternura triste
aunque no me gusta que la sufras;
si pudiera abrazarte espantaríamos
estas lacras fantasmales que meten miedo...

No me gusta pensar que somos delirio
parados a la vera de los relojes detenidos
en la nada que desarma sus anhelos
hasta convertirnos en niebla con gusto a sal…

Me gusta...
lo que crece de a poco
el brote casual asomando
sus bostezos inocentes
sus saludos a un sol que se sorprende
por estas cosas que nadie espera

Me gusta imaginarte
y a veces no me gusta
este fino estilete adentrándose en la piel
pinchazo de misterios inconducentes
calambres pérfidos en mi músculo cardiaco
ya ves...
me haces delirar y me voy
absorto en mis propias incertidumbres
pues solo quiero la risa de tu alma
estallando volcánica, avasallante, luz y brote nuevo
de amor o de amistad

Te quiero alegre
partícula danzando en el rayo
mirada de brillantes cristales
átomo, montaña, galaxia, hoja de árbol,
Cuerpo que anhela sin dolores.

Carlos Vico
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