Ataúdes





Ataúdes

En la sincronía de un tiempo que era nuestro
Malversado va en recuerdos tu sexo hecho paciencia
Tu hondura se ha grabado en los dedos
En la lengua que emula serpientes
En el cuerpo de látigo que te enreda

Hemos matado al los sicarios de la rutina
Y al sopor de cotidianeidad sin laberintos
A la sin sorpresa de horas gemelas de si mismas
Con esta sonrisa mañanera de soles atrevidos
Con el prontuario de besos que merecen su condena

Sin mesura camina tu cuerpo dentro del mío
Y los candiles de la sangre te encadenan
Al yugo mágico del abrazo convocante

Este es un mundo de pantallas que atrofian, cariño
Donde los títeres aman la sombra de lo que puede ser
Subyugados por la carne plástica
Por íconos asesinos, contradictoriamente creativos
Invasores aplastando a la neurona
Al corazón solitario que aúlla la pereza
Que se mete en el torrente relativo
Y le huye a la carne de su costado.

Pues sí...
Tal vez estoy viejo, y no me violan lo perentorio
Las ventanas con ladrillos de vidrio multicolor
Su ilusoria morbidez que enerva una realidad acuciante...
Entonces prefiero la danza de tus pechos
La sugestiva llovizna del sexo
La sin promesa del gemido presente
El entrevero de las piernas en acrobacia de serpientes...

Carlos Vico

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